Los Centros para Prevención y Control de Enfermedades (Centers for Disease Control and Prevention, CDC) han destacado que los fumadores tienen más problemas en los dientes, encías y otros tejidos blandos en relación a los no fumadores, en la realidad, los fumadores visitan menos al dentista. Se investigó más de 16,000 adultos con edades entre los 18 y los 64 años.
Se reveló que más de la tercera parte de los fumadores admitieron tener 3 ó más problemas dentales, más del doble de la incidencia presentada por los que nunca a fumado. Entre los problemas dentales se incluían dolor de mandíbula, dolor de muelas, infecciones y manchas en los dientes.
Además el 20 por ciento de los fumadores no había visto a un dentista en los últimos cinco años. Entre los no fumadores a los antiguos fumadores que habían dejado el hábito, solamente el 10 por ciento había dejado de ver al dentista durante tanto tiempo.
Los investigadores notaron que los fumadores parecen estar conscientes de que están teniendo problemas con sus dientes, pero no buscan ayuda para tener la atención dental necesaria.
La mitad de los fumadores encuestados indicaron que el costo es un obstáculo y que no podían pagar el servicio del dentista. Esta razón fue más frecuente entre los fumadores que entre los no fumadores que tampoco habían visto al dentista con regularidad.
Los hijos de padres fumadores tendrán más enfermedades en su vida adulta
La Sociedad Americana contra el Cáncer, elaboró un estudio publicado en la revista American Journal of Preventive Medicine sobre el impacto que tiene el tabaco en la vida adulta de los hijos de padres fumadores. El consumo del tabaco provoca graves problemas la salud de quien fuma, pero el impacto que tiene sobre los demás y sobre todo sobre los niños.
Los hijos de padres fumadores tienen una alta posibilidad de desarrollar graves problemas pulmonares a largo plazo.
Ya se sabía que los niños cuyos padres tienen el hábito de fumar tienen más riesgo de padecer cáncer de pulmón o problemas como el asma o hipertensión arterial durante la infancia. Lo que puede ocurrirles a lo largo del tiempo y cómo sufrirán los efectos cuando lleguen a la vida adulta.
El estudio se basa en una investigación realizada sobre 70,900 personas no fumadoras de ambos sexos que venían siendo analizadas desde más de 20 años. Durante el tiempo que se realizó el estudio un tercio de estas personas dejaron de aportar datos porque ya habían muerto.
La investigación dio como resultado que los niños que convivieron con un adulto fumador tuvieron en general, más problemas de salud a lo largo de su vida. Aquellos que estuvieron expuestos al humo del tabaco durante 10 horas o más por semana, incluso cuando se convirtieron en adultos no fumadores, tuvieron:
Un 42% de riesgo de muerte por enfermedad pulmonar.
Un 27% de riesgo de muerte por enfermedad cardíaca.
Un 23% de riego de muerte por accidente cerebro vascular o ictus cerebral (trombosis o embolia)
Dejar de fumar es regalar salud a tus hijos
La mejor forma de evitar que tus hijos padezcan enfermedades graves de bronquios, circulación, corazón o incluso la muerte no es otra que dejar de fumar.
Nadie dice que sea fácil, pero tampoco imposible. Miles de personas han logrado dejar el hábito y no son más fuertes o decididas que tú, simplemente un buen día, tomaron la decisión y son capaces de respetarla por el resto de su vida sin más traumas.
Si eres fumador y no logras dejarlo por tu propia salud, qué mejor que hacerlo por la salud de tus hijos, por su salud actual y por la que tengan cuando sean adultos. Si aun así dependes tanto del cigarrillo que no puedes abandonarlo, hay una serie de medidas que debes adoptar ya, sin excusas:
Nunca fumes delante de tu hijo.
Jamás encender un cigarrillo en el auto (si viajas con tus hijos)
No fumes en casa, evita el tabaco en todas las habitaciones pero, sobre todo, en aquellas que suelen ocupar los niños como el salón o el dormitorio.
Si tienes la irrefrenable sensación de fumar, sal al balcón o baja a la calle pero no lo hagas dentro de casa.
Fumar durante el embarazo
El tabaco no solo hace daño a quien fuma, sino también a quien está a su lado y, en el caso de las mujeres embarazadas, al feto que se está formando y creciendo en su vientre. Si estás embarazada y no has dejado de fumar, puedes lastimar tu salud y la de tu bebé. Estos son los principales riesgos de fumar durante el embarazo.
El pulmón es el órgano que más sufre los efectos del fumar, porque absorbe todas las sustancias químicas que existen en el humo del cigarrillo. Algunas de estas sustancias químicas hacen que los vasos sanguíneos, que abastecen de sangre al útero, se vuelvan más estrechos, lo que hará que tu bebé reciba menos oxígeno y alimento de la sangre, de lo que debería recibir. Como consecuencia de esta debilidad, el bebé puede sufrir algunos riesgos más o menos graves como:
De nacer prematuramente
De nacer sin vida
De morir por un síndrome de muerte súbita
De desarrollar enfermedades respiratorias y alérgicas como es el caso del asma que lo sufre 1 de cada 3 lactantes.
De nacer con alguna malformación debido a la disminución de los niveles de vitamina B12 y C.
Algunos estudios demuestran que fumar durante el embarazo entraña muchos riesgos para el bebé, ya que se ha visto que un químico potente que causa cáncer, llamado NNK, se transmite a los bebés de las madres que fuman. Otros también relacionan el hábito de fumar durante el embarazo, a que la madre tenga un bebé con posibles problemas de conducta y de aprendizaje. Se ha demostrado también que el consumo de cigarros, puros o pipas durante el embarazo, también puede provocar un embarazo extra-uterino o un aborto natural.
Si fumas y deseas estar embarazada, debes dejar de fumar antes de tratar de concebir. Si ya estás embarazada, abandona el cigarro lo antes posible.
Si, en un caso extremo, no puedes dejar de fumar del todo, reduce el número de cigarrillos a menos de 3 al día. Eso puede disminuir los riesgos. Si estás embarazada y deseas dejar el cigarro por tu bebé, pero no lo consigues, pide ayuda y apoyo a tu médico. El uso de productos para dejar de fumar, como los parches de nicotina, la goma de mascar de nicotina, etc., solo están permitidos bajo el permiso médico.
Riesgos de fumar después del parto
El humo de los cigarros, o de otro tipo de tabaco, no es sano para un bebé durante su gestación ni después de su nacimiento. Los bebés, así como los niños expuestos al humo, tienen mayor probabilidad de sufrir resfriados, problemas pulmonares e infecciones de oídos.
Los pequeños se convierten en fumadores pasivos. Las mujeres embarazadas que no fuman deben evitar el humo de otros fumadores. La exposición regular al humo, aunque sea de segunda mano, puede ser perjudicial para el bebé. Por esta razón, la mujer embarazada, aunque no fume, deberá evitar los ambientes donde esté permitido fumar.
¿Qué hacer si quieres dejar de fumar?
No existe motivación más grande para una mujer embarazada que la de tener un bebé sano y sin problemas. Si piensas en ello, seguro que superarás la tentación de fumar. A parte de eso necesitarás tomar algunas decisiones como deshacerte de todos los cigarros, encendedores y ceniceros que tengas. Luego, procura distanciarte de los lugares y de las personas que fuman.
Pide ayuda y apoyo a tu marido, compañero y amigos. Pide el permiso de tu médico para utilizar chicles, medicamentos y otros productos que pueden ayudarte a abandonar el cigarro. No te desanimes cuando no puedas evitar fumar. Si es necesario, recurre a algunos programas que ofrecen los servicios públicos. Piensa que si tu bebé nace con algún problema, es probable que te sientas culpable. Las consecuencias psicológicas serán peores para la madre que fuma.
Comments